Rango de técnicas de disciplina: Reflejar sentimientos

Reflejar los sentimientos es simplemente imitar los sentimientos que expresa un niño para que se sienta entendido y respetado. Cuando reflejas los sentimientos, les muestras a otros que estás escuchando sus sentimientos. No criticas, das tu opinión, das un consejo o determinas un criterio. Reflejar sentimientos ayuda a los niños a trabajar sus problemas de una manera saludable. Cuando los niños se sienten entendidos, es menos probable que se rebelen y busquen llamar la atención (Nelson, 2006). 

Utilizar el reflejar sentimientos en la crianza 

Prepárate. Tu hijo puede actuar debido a sus emociones. Anticipa las acciones exageradas del niño. Ten en cuenta sus propias emociones y detente de reaccionar a la emoción del niño, que puede causar una batalla entre tú y tu hijo. 

Concéntrate en tu hijo. Cuando ocurre un asunto con el que tu hijo está luchando, dale toda tu atención para demostrar preocupación. 

Permanece en calma. Cuando tu hijo reacciona a emociones negativas, respira hondo y permanece en calma. 

Escucha. Escucha la razón subyacente de las acciones de tu hijo. Observa las palabras detrás del tono, y los sentimientos que no pueden comunicar. 

Usa la empatía para reflejar los sentimientos. Intenta ver la situación desde la perspectiva del niño, incluso si no están de acuerdo. Puedes mostrar empatía al reflejar lo que ves, sientes y escuchas. Por ejemplo, si tu hijo está enojado porque no fue el primero de la línea en obtener un helado, acepta el enojo y dile que lo entiendes al hacer lo siguiente:

  • Veo: “Veo que estás dando pisotones.” 
  • Escucho: “Escucho que estás frustrado conmigo.” 
  • Estás sintiendo: “Déjame ver si entiendo. ¿Estás enojado porque piensas que no es justo obtener tu helado último?” 

Permítele a tu hijo volver a narrar la historia. Esto lo ayudará a moverse hacia el pensamiento de manera lógica en lugar que de manera emocional. 

Mensaje. Después de que esta situación concluyó, habla con tu hijo sobre cómo las emociones y las acciones trabajan juntas. Sus emociones vienen desde un lugar adentro que no pueden controlar, pero los niños pueden aprender a controlar sus reacciones. Cuando todos están calmados, se pueden aprender las lecciones sobre cómo tomar mejores elecciones en el futuro. 

Las referencias 

Nelson, J. (2006). Positive discipline: The classic guide to helping children develop self-discipline, responsibility, cooperation, and problem-solving skills (3rd ed.). New York: Ballantine Books.

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